Los tres elementos básicos a tener en cuenta a la hora de hacer una fotografía son: la cantidad de luz que dejamos entrar en nuestra cámara, el tiempo de exposición y la óptica que utilizamos. Cada uno de estos parámetros se regula con un dispositivo de nuestra cámara:
- El diafragma, controla la cantidad de luz que entra en la cámara.
- El obturador, regula el tiempo de exposición.
- La óptica establece una distancia focal.
Los dos primeros valores, junto con la sensibilidad ISO determinan la exposición adecuada para hacer la fotografía teniendo en cuenta la luz de la escena. Para poder hacerlo, la mayoría de cámaras incorporan un sensor llamado fotómetro o exposímetro que mide la cantidad de luz y hace un cálculo para relacionar la apertura de diafragma, la velocidad de obturación y la sensibilidad (valor ISO).
Si cambiamos uno de los valores, tendremos que compensar los otros para mantener el mismo nivel de exposición, es lo que se conoce como ley de reciprocidad. Por ejemplo, si a una fotografía con una exposición de F5.6 de apertura y 1/125 de velocidad le abrimos el diafragma a F8 tendremos que aumentar el tiempo de exposición un punto, es decir 1/250 para tener el mismo valor de exposición.
Modificando los valores para tomar una mejor fotografía
Para poder controlar los valores de exposición de una manera sencilla y rápida las cámaras incorporan una herramienta que permiten hacer una fotografía por encima y por debajo del valor que da el fotómetro.
Lo más habitual es hacer fotografías en un modo automático y no tener en cuenta estos parámetros. Simplemente miramos la pantalla, encuadramos y disparamos. Nuestra cámara hace por nosotros la elección de los valores de exposición. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que no siempre la elección que hace la cámara es la más adecuada. Normalmente en un encuadre hay diferentes valores de luminosidad (zonas más oscuras y otras más iluminadas) el fotómetro no considera las diferentes luminosidades, sino que, o bien calcula un promedio de la luz de la escena, o sólo valora la luminosidad de una determinada zona.
Otro elemento que se debe tener en cuenta a la hora de calcular la exposición es lo que se conoce como valor ISO. Es un valor que está ligado a la sensibilidad del dispositivo de captura: película en la fotografía analógica o sensor las cámaras digitales. A valores bajos de la sensibilidad ISO, el sensor es menos sensible a la luz, lo que suele ser un inconveniente ya que necesitaremos más luz para hacer fotos, sin embargo la textura del grano de la película será menos evidente el que permitirá realizar ampliaciones. Con valores altos de sensibilidad (números ISO altos) las posibilidades de realizar fotos con poca luz, pero la imagen se verá con un grano (una textura) que le restará nitidez.